A menudo escuchamos esto: “comida real”, pero pocas veces entendemos realmente a qué se refiere. Comida real es el nombre que reciben aquellos alimentos que prácticamente no difieren de su estado real y natural, ya sea para ser consumidos directamente, para pasar por algún proceso previo de preparación o para servir como insumo de un producto final, preservando casi que en su totalidad su aporte nutricional.
Con esto, hay que aclarar que un producto procesado no tiene para nada que ser visto como algo visto. Un huevo sancochado, por ejemplo, pasa por un proceso para llegar a estar cocido, y eso no lo priva de su valor nutricional.
Entonces, ¿Qué separa a un buen procesado de un ultra procesado? Básicamente, la cantidad de procesos por los que este alimento se vea obligado a pasar, entendiendo que a mayor número de procesos, mayor será la depravación de nutrientes del mismo. Esto lo podemos ver reflejado en la siguiente categorización de productos, elaborada por el Global Research Food Programs:
Como podemos ver, los alimentos se asignan a un grupo dependiendo de su nivel de procesamiento: A mayor nivel de procesamiento no solo obtenemos menor cantidad de nutrientes, sino que también aumenta la cantidad de sustancias adicionales, la gran mayoría siendo potencialmente dañina para la salud, sobre todo ante un consumo recurrente.
Es cierto que por temas de conveniencia e imposición cultural nos hemos malacostumbrado a consumir productos procesados de forma rutinaria, en varios casos representando un porcentaje importante de nuestro consumo total de alimentos. Pero es cada vez más necesario regresar a consumir comida real, aquella que la tierra nos proporciona de manera natural y cuya biodisponibilidad, de parte de nuestro cuerpo, es insuperable.
Los procesados son y serán siempre parte de nuestra vida, pero es importante lograr distinguir e incorporar cada vez mejores opciones de procesados, como en el caso de las Mov-bar.
