Entre los efectos negativos de este tipo de dietas tenemos:

• Disminución del metabolismo ya que el cuerpo al recibir tan poca comida se pone en modo ‘ahorro de energía’ para poder sobrevivir y priorizar las funciones vitales.
• Efecto rebote en el peso: puede que los primeros días que hagas este tipo de dietas haya una disminución notable de peso (mayormente de agua y músculo, NO de grasa) pero cuando se deja de hacer este tipo de dietas y se empieza a comer de todo nuevamente, viene asociado a un nuevo aumento de peso y muchas veces es mayor que el peso con el que comenzaron la dieta.
• Pérdida en la percepción de las señales de hambre y saciedad por alteración de las hormonas que regulan el apetito. 
• Incremento de los atracones por alteración de la regulación en el sistema de recompensa a nivel cerebral. Prohibir despierta el deseo, si llevas tiempo restringiéndote alimentos que te gustan, es muy probable que el deseo aumente provocando que cuando tengas oportunidad de comerlo, lo hagas de forma descontrolada lo que lleva a tener emociones como frustración, culpa favoreciendo el ciclo de: dietas restrictivas-atracón-frustración.
• En el caso de las mujeres es común las irregularidades menstruales y alteraciones del ambiente hormonal.

En este tipo de dietas no hay ningún tipo de educación alimentaria ni cambio de hábitos, por eso tienen una fecha de vencimiento porque tarde o temprano acaban ya que no se adaptan a nuestros gustos y estilo de vida. Como nutricionista mi consejo es enfocarnos en modificar hábitos alimenticios que son pequeños cambios que perduran en el tiempo, hábitos que se aprenden día a día, que llevan un poco más de tiempo pero que se pueden sostener a largo plazo.